Oración en el Huerto de los Olivos
Jesús no entiende... sólo pide que oremos con El,
que no nos vayamos de su lado...
Luego, entra a Jerusalén el Domingo de Ramos...
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¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
En aquel tiempo, Jesús iba hacia Jerusalén, marchando a la cabeza. Al acercarse a Betfagé y Betania, junto al monte llamado de los Olivos, mandó a dos discípulos diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente: al entrar encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien 08 pregunta: ¿por qué lo desatáis?, contestadle: el Señor lo necesita. Ellos fueron y lo encontraron como les habla dicho. Mientras desataban el borrico, 108 dueños les preguntaron: «¿Por qué desatáis el borrico?» Ellos contestaron: «El Señor lo necesita.» Se lo llevaron a Jesús, lo aparejaron con sus mantos, y le ayudaron a montar. Según iba avanzando, la gente alfombraba el camino con los mantos. Y cuando se acercaba ya la bajada del monte de los Olivos, la masa de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos por todos los milagros que hablan visto, diciendo: ¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en lo alto. Algunos fariseos de entre la gente le dijeron: «Maestro, reprende a tus discípulos." El replicó: "Os digo, que si éstos callan, gritarán las piedras.»
Acompañemos a Cristo, seamos Cireneos acompañándolo a cargar el tremendo peso del mundo en pecado.
¡ Pidamos perdón...!