"Se le van los ojos a la noche,
en cada bocacalle
y es como una sequía
husmeando lluvia..."
decía Jorge Luis Borges
Y es así el prodigioso ocaso que tanto se asemeja al
atardecer de la vida.
Al ocaso le hablo,
al ocaso le confieso
mi reflexión, como
a la edad madura
que nos lleva por igual sendero.
¡Conjuro mágico que aprisionas en tus colores, las vivencias de todo un día en la tierra! Tumulto de voces que se silencian; razas del universo dispersas que se asombran con tu grandeza; sentidos que arden en gozo salvaje.
¡Cargas en tus hombros las fatigas cotidianas!
Humanidad asistida por el Creador, en armonía...
Con tu llegada se aquietan los hombres, la brisa, los pájaros, los árboles, corceles y perros; cada cual calla su lenguaje y hallan sosiego las palabras, el mar, los pensamientos...
En tus fulgores de gloria, ¡luminosa excelsitud!, todo ser encuentra respuesta divina; crece en la templanza, aviva la fe, nace la esperanza en mística oración.
En tí se consume el amor como el cirio que en el altar se brinda.
Opora llega`para implantar fecundidad.
Tu mansedumbre aquieta. En lento transcurrir enseñas la paciencia, insinúas olvido, ofreces más para mañana.
Tus brillos y opalescencias invitan a arrodillar el alma en plegaria por un mundo mejor.
Columpias el dolor hacia el pasado y en cambio, retienes el tiempo de bienestar.
Concitas cambios, sorbiendo de la tierra los dolores y cargando en tu vientre la congoja, la tragedia, angustias y falencias, obstáculos y piedras.
Y se yerguen presagios de amores que mañana harán menguar la melancolía y la simpleza de un nuevo día traerá trocitos de cielo que deberemos degustar y agradecer. (¡ no lo olvidemos!)
De igual modo, el trayecto irreversible de la vida humana, contiene la victoria de auténticos valores; y un manto oculta y borra errores sin intención.
Ceremonial penumbra para algunos. Radiante puesta en escena para otros que son capaces, aún, de asombrar con creatividad, cordura, sapiencia y alegría.
Y con inquebrantables propósitos que merecen la atención de las generaciones jóvenes, silencios provechosos, escuetas frases que conllevan enseñanzas inolvidables...esos abuelos que valen oro...en la puesta de la vida, son el mayor tesoro para la mente de los "locos bajitos".
Tiernos recuerdos de infancias bien vividas, adolescencias vibrantes, un gran amor importante y trascendente, la tibieza de un hogar bien llevado, el "cantar de los cantares" en alabanza y con la llegada de los hijos, sus ternuras; los nietos y sus travesuras, ¡ ángeles en veleros que se nos escurren de las manos, para navegar este mundo insólito, precioso y soprendente! Jóvenes que se nos van probando rincones, conociendo mundos y vuelven siempre al hogar, buscando el aroma de viejos afanes.
¡Puesta del alma! frontera donde nos despojamos de la levedad, de rencores, de caídas, suspendemos la conciencia en aletargado descanso y conciliamos a todos en respetuoso aire adulto. Despojamos y ofrecemos palabras nunca pronunciadas y llevamos la paz a todos los corazones ansiosos.
Y a veces, hasta un postergado amor se resuelve en la osadía de sana revelación, antes que desaparecer. Las arrugas honran nuestras frentes, hablan de soles que fortalecieron nuestro esfuerzo, de lunas que acariciaron nuestro cansancio. De lluvias que nos dieron espacio para la reflexión inteligente y de sequías con las que aprendimos a preservar lo indispensable.
¡De pie, con sencillo orgullo, como los árboles, vamos dando retoños, flores, frutos , vamos siendo testigos y herencia!
Soportamos tormentas, lluvias ácidas y brisas alisias, con la savia siempre burbujeante, latido verde de esperanzas que nos mantiene erguidos, protectores y desafiantes, fuerza vigorosa con la que sostenemos a nuestras ramitas para que abran caminos nuevos.
¡Puesta de sol! ¡Puesta de vida! cargas en los hombros las fatigas cotidianas y en deliberado regocijo siembras el sueño de otro comienzo.
Así transcurre el peregrino, plasmando con genialidad cada amanecer; perdonando lo malo del ayer, asumiendo el presente y en el oasis de silencios reflexivos, lentas vigilias y muchas canciones, busca el regazo tibio de un abrazo para olvidar el desamor reinante en el universo.
¡Puesta de sol, puesta de la vida, todo reluce mejor en tu presencia! porque
"...EL CIELO Y EL INFIERNO, NO SON MERAS TOPOGRAFÍAS SINO ESTADOS EXTREMOS DEL ALMA..." al decir de Jorge Luis Borges, mi preferido.