"...Los que estaban lejos, vieron LA LUZ
y van tras de ella..." (Mt.2,1-12)Tenían todo, riqueza, castillos, oro,
tierras, estudios, pero sabían que ALGO NO CONOCÍAN, ALGO LES FALTABA, NO POSEÍAN,
y por eso salieron presurosos a recibir ESE REGALO DE DIOS.
LOS REYES MAGOS Y
DESDE CADA RINCÓN DE LA TIERRA, LOS PUEBLOS,
querían conocer a QUIEN SERÍA EL REY DE REYES.-
Quienes podían hacer el intento, llenaban sus alforjas
con todo lo mejor que podían ofrecer.
Caminaron varios días
y cuando llegaron al pesebre,
entraron con temor y temblando,
no sabían por qué,
pero sintieron una emoción muy extraña.
Cayeron de rodillas
ante la belleza tan inocente de esa carita,
tan hermoso como desamparado,
porque todos sabían que Herodes lo buscaba.
Tan puro como todo niño,
pura invitación, puro amor,
¡Le ofrecieron todo,
el ser, el tener,
la mirra
que da respiro anestésico
a la humanidad doliente,
el oro que se paga como tributo de reyes,
las oraciones,
el incienso que perfuma los santos lugares...
Simeón dijo que al verlo
se le volvió joven la sangre,
se fortalecieron sus músculos,
sintió un optimismo tan grande
que sólo podía venir
de manos de DIOS!
Ojalá cada uno de nosotros podamos sentir lo mismo, para comenzar una VIDA NUEVA,
distinta, santa, pura entrega.
Ojalá podamos des-hacernos de "nuestros castillos interiores"
y disponernos a emprender el camino, para llegar a la esencia del pesebre hogareño de nuestra familia. Arrodillar el alma ante el Dios presente, indefenso, pequeño, que viene a hacerse carne en nosotros .
Eso es tener corazón misionero, salir a RECONOCER A JESUS EN CADA HERMANO, hay que abrirse el camino y llevar buen ritmo, parejo, siempre y con todos.
Ojalá podamos des-hacernos de "nuestros castillos interiores"
y disponernos a emprender el camino, para llegar a la esencia del pesebre hogareño de nuestra familia. Arrodillar el alma ante el Dios presente, indefenso, pequeño, que viene a hacerse carne en nosotros .
Eso es tener corazón misionero, salir a RECONOCER A JESUS EN CADA HERMANO, hay que abrirse el camino y llevar buen ritmo, parejo, siempre y con todos.