una eternidad.
Cuando la tierra se muestra fértil,
Cuando el árbol casi escuálido
se vuelve precioso,
sólo entiendo
que ustedes, mis dos ángeles,
Cristian Franco y Diego Ariel,
han invadido el lar de paz,
con la fortaleza y las virtudes
que Dios les ha concedido.
Llega la Primavera
y todo florece
como floreció
seguramente
la dimensión divina
con su alegre llegada.
¡Aunque duele el alma...
¡GRACIAS Y ALABADO SEAS SEÑOR!
me los prestaste y fueron mis soles!
¡Todo lo que pasa, deja su huella y sigue!
Bendito quien pone su confianza en TÏ, ellos fueron tu instrumento mejor.