domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuando diez meses son...

una eternidad.
Cuando la tierra se muestra fértil,
Cuando el árbol casi escuálido
se vuelve precioso,
sólo entiendo
que ustedes, mis dos ángeles,
Cristian Franco y  Diego Ariel,
han invadido el lar de paz,
con la fortaleza y las virtudes
que Dios les ha concedido.
Llega la Primavera
y todo florece
como floreció
seguramente
la dimensión divina
con su alegre llegada.
¡Aunque duele el alma...
¡GRACIAS Y ALABADO SEAS SEÑOR!
me los prestaste y fueron mis soles!
¡Todo lo que pasa, deja su huella y sigue!
Bendito quien pone su confianza en TÏ, ellos fueron tu instrumento mejor.

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?