Envuelta en niebla sutil
despereza la mañana
y en privilegio consciente
va asomando desde el este
el sol grandote y sonriente
y el nuevo día se hilvana.
Naturaleza asistida
por amor y en armonía
que se ofrece día a día
en colorido clamor.
Hasta el lento caracol
cumple su destino mágico;
algo lúdico su tránsito
mudo y con tanta calma,
que le enseña a nuestra alma
a paliar todo rigor.
No existe mayor honor
en el diario devenir
que saberle sonreir
a lo bello y al dolor.
Hacer de la vida un licor
dulcito o tal vez amargo,
haciéndose siempre cargo
de lo que pueda afligir.
O sabiéndonos lucir
a lo ancho y a lo largo
cuando un ridículo ánimo,
Cada mañana es un préstamo
que el Todopoderoso ofrece;
si valorarlo sabemos
¡seguro nos enriquece!.
Si enceguecidos borramos
las luces, cuando amanece,
así lento se perece
cuando se niega el talento
que Dios, para tu alimento
supo a tu vida donar.
Si así quieres fracasar
¡sufre solo tu tormento!
ojalá sea escarmiento
de quien te mira arrobado
y él sí, se vea feliz
por lo que fue tu bocado.