Este poema lo escribí para un concurso, en el que solicitaban, como una de las condiciones sugeridas, sin ser obligatoria, que nos esmeráramos en incluir términos no tan comunes, para que el lector buscara significados en diccionarios. Era para el Día del Escritor y los organizadores vieron como un halago para cada escritor, el hecho de sumar términos o vocablos que enriquecieran el vocabulario tradicional. Además, los poemas debían tener como mínimo, nueve estrofas. No gané premio en ese concurso, pero lo envié a otro de Editorial" De los Cuatro vientos" y el poema fue seleccionado para integrar una Antología. Me devolvieron el alma al cuerpo, en verdad, me costó bastante trabajo hacerlo, pero es el resumen de mi vida. Y lo quiero. Aquí se los presento, ojalá hagan el ejercicio de buscar significados en el diccionario e implementen luego oraciones con ellos. Hoy, el vocabulario es tan pobre... y es tan lindo crecer...
Desde el alféizar de mi espiritual morada,
observo satisfecha los cerros afectivos;
el irremisible paso de tiempo transcurrido
resolviendo estrías, en praderas germinadas.
Marcadas mieses de abundante siembra,
perseverante destierro de aquelarres,
abrasando estepas inhóspitas y débiles
para vencer el umbral de lo infranqueable.
Con buena voluntad y con premura
sembré de optimismo la tierra pedregosa;
quité excesos de malezas y basuras
y brotaron virtudes majestuosas.
Busqué verdades en abismos de lo absurdo
y a él, arrojé magros instantes de la vida,
lo que pudo ser magma realidad de este mundo
fue suceso de lozana algarabía.
Mi corazón hizo pie en las grandezas
y en los suspiros halló mi angustia, alivio.
Busqué en mis amigos afecto, fortaleza
y vencí de un puntapié viejos presidios.
Tomé distancia de algunos logros vanos,
desplegué al aire abigarradas ilusiones;
rogué en plegarias por las cruces de mi hermano
y escuché de agradecidos labios, emociones.
De profundos huecos que esquilmaron mis mañanas
emergieron sopores de esperanza.
Huyó la angustia en ciclópea caravana
y elevaron al cielo, mis labios, alabanzas.
Dobló mi pena en la torva esquina
y resucitó mi fe, en cíclica quimera,
para fertilizar en el cofre de mi media vida
la promesa de nuevas soñadas primaveras.
¡Es Jesús quien bendice mi camino!
Y lo muestra cada día más atrayente.
Sólo EL ameniza mi destino
con mirada tutelar e indulgente.
Acrecienta mi siembra en la campaña
que recorro por la vida, con paciencia.
Es sólo EL quien siempre me acompaña
para lograr al fin, mis apetencias.
Por eso es mi senda iluminada.
Por eso en mis palabras la afluencia.
Sólo a su lado florece la alborada
con mágica y lógica opulencia.