"...Dichosos los que nacen mariposas
o tienen luz de luna en su vestido..."
de Ritmo de Otoño de Federico G.Lorca
Y ella danzaba bajo
el tembloroso fragor
de las velas,
en el secreto afán de persuadirlo
y arrobarlo.
Un largo traje de seda,
fruto de austeridades barrocas,
en la simplicidad de un capullo;
y con mantilla
que rozaba los flecos
con sus tobillos,
lograban que luciera
en plenitud de sol,
cautivante, bellísima,única.
¡Como nunca,
Federico la imaginó suya!
Se abismó en el sueño estremecido
de abrazar esa cintura estilizada,
al compás de la música.
Sillones, moquette, paredes,
cumplían en muda actitud,
la dulcedumbre del idilio
y acompañaban desde su nada
a sumar escenario para la mariposa.
Doce campanadas del reloj antiguo
despertaron a Federico
en el mismo instante
que ella desaparecía.
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