Cada mañana, corre las tres cuadras
que separan su casa del mar.
Y en él, goza, empapa primero
sus manecitas en el agua,
luego su cara, sus cabellos
y así termina, íntegramente mojado.
Entonces da gritos de alegría,saltos,
y danza hasta caer exhausto
en la arena, donde se revuelca
mientras su carcajada se escucha
desde lejos. Es casi un rito.
buscando charcos
y cuando los encuentra,
flexiona sus piernitas, se mira reflejado
en ese pequeño espejo
y le brota la sonrisa más tierna.
En su casa,cuando toma agua
queda estupefacto mirando
el fondo de la copa, como buscando quién sabe qué misterio.
La lluvia le encanta. Aunque haga frío sale a la calle y baila hasta cansarse.
Luego, corre a bañarse y queda bajo la duche largo rato, lo que le cuesta serias reprimendas. Se abriga y acurruca en el sofé, en postura pueril.
A veces, hasta de su llanto bebe las lágrimas. Las deja deslizar por sus mejillas y se las toma, en gesto compulsivo, como si comiera chocolate, lo que provoca risas en la familia.
Es que Lucianito fue "REGALADO" al nacer.
Sintió la desgarradora separación de su madre. Desde entonces, desea volver a la tibieza única del "agua de la vida". También desde entonces, vive muriendo en cada despedida.
¡Doloroso despojo. Cuajado amor!
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