Llegué a la vida
como quien
en una isla solitaria,
llega corriendo
cuando el barco salvador
está zarpando.
Y de ahí en más...
¡siempre a destiempo!
Hasta con la premura
de quien llega a un baile
Entonces me dije:
___Buscaré declives leves
para que la vida no me tome el tiempo.
A mi rutina de serenidad confesa
casi a pique, como por un tobogán, cayó él,
reafirmando la ley del universo.
Nos miramos azorados, tiesos. Reímos.
Y quedamos juntos. Y fue para siempre.
¡Ahí estaba el secreto:
tenía en la vida un corazón gemelo!
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