La vida es amor, en celestial cadena.
Que eslabona tu trabajo cotidiano
desde el hálito vital que al alma hospeda
hasta el cálido abrazo del hermano.
Pero un día...¡corta biela!...lo sabemos.
Nos expele de sorpresa hacia el espacio.
no nos avisa, no deja estelas,
es más... ¡es cruel como un zarpazo!
Preparemos lentamente nuestra estrella
como se hace el ajuar en el noviazgo;
que reluce desde lejos, por blancura
y se disfruta día a día, paso a paso.
Como ofrece a quienes pasan por su lado
¡la belleza de sus flores, el durazno!
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