¡Deslumbrante en su propio manar!
El universo vive del AMOR, es su imán.
La hierba lacia, medusa verde y suave,
bailotea con la brisa.
El mar inmodesto en su elipse,
oculta lo intrascendente cotidiano,
y se muestra en suavidad inexorable,
cuando agotado se extiende
como mantel victoriano.
Sobre la playa dialoga
en el rugir de caracoles
¡mares contenidos en sus espirales nácar!
Cae el sol, verticalísimo,
en cintas de celofán.
El corazón,
cumbre abismada de inquietud secreta,
mantiene en órbita, con su hálito,
el vuelo ágil de gaviotas,
columpiadas al viento
como sombra que mece
su loable figura..
Y el emigrante de rutas palpita
el latido de la excelencia
cósmica y terrena a la vez.
Una bandera dialoga
con la Patria que representa,
flamea jubilosa
anuncia su territorio y preserva sus límites,
muy cerca de Dios.
EL,
en cada rocío de la mañana,
nos bendice,
cambia al cóndor por la paloma,
cambia la muerte por resurrección,
cambia el odio por mano solidaria,
en próspera armonía.
¡Y de nuevo se descuelga el mundo
en hilos de AMOR ASISTIDO!
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