Esos bichitos que nos aturden, en las fogosas noches de verano...
Esos que cuando tocan una ropa, dejan su huella en un rosetón mordido...
Esos que tienen la facultad de desorientarnos, porque si creemos que están en el lado sur de la casa, por su sonido de violín atascado, están en el norte...
Ésos....
Ellos, sólo vienen para enseñarnos a cantar, aún en medio de las oscuridades de la vida.
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