sábado, 21 de noviembre de 2009

Saber vivir...


Lleva una vida oprimida, bajo el velo sutil de la ausencia.

Ojeras violáceas y lánguidos ojos, son la imagen que le devuelve el espejo cada mañana.

Labios paspados. Levedad de vida. Escasa nutrición de platos frugales, casi insalubres.

El desgano la atormenta.

Se propone cambios, pero no los logra.


Hasta que un buen día, sale al gran patio de su casa, ve tantas flores, tanta belleza, que ALGO la saca de su indiferencia.

No sabe lo que es.

Pero vuelve a su dormitorio. Se baña, se viste con gusto y ¡florece!. Libera su sentir caminando las calles que fueron tanto tiempo grises y hoy lucen brillantes.

Encuentra amistades en diligencias rápidas y libera también su palabra, desaloja brumas de soledad.

Y mientras camina, siente el alma regocijada, fertiliza en oración de agradecimiento a Dios. Despoja sus entrañas en escondido llanto, pero se siente bien, siente que libera y libera...

Monologa intensamente y desgrana desde sus raíces a las flores que aroman el día y se da cuenta que VIVIR es darse, quererse y querer, ser gentil. Abrir horizontes a destajo, sin medir a cuáles y a cuántos seres les asombre.

Recapacita sobre lo inútiles que fueron sus largas crisis, pero comprende que el encierro fue su arma más fuerte.

Y ahora sabe que la vida es afuera... es dar... es sacarse...porque el VIVIR es vertiente que pulsa todos los sentidos y no admite otra interpretación.

Quien está en paz con su conciencia, encuentra la vida en la vida misma.

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JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?