Voy pisando las sombras
que otrora me persiguieron
y siento que, aunque me hirieron,
también de ellas aprendo.
Un hombre y una mujer
una promesa y mil besos,
¡se van cumpliendo los sueños!
Pero siempre llega "alguien"
que es infeliz por lo nuestro.
Y olvida sus ilusiones
para romper con lo ajeno.
¡Cuidemos nuestros afectos
en hogares tibios, tiernos!
Vigilemos día y noche
¡que el demonio anda suelto!
No hay comentarios:
Publicar un comentario