Sinuosos bordes de menta y melisa
ramilletes de lavandas y clivias,
se concretan en la cabaña
amplia, luminosa.
Dorado respiro de paz.
Tinajas con flores.
Y la hierba fresca y muy verde
receptora de juegos infantiles.
Azahares,
endulzan la copla
que el niño devela entre arpegios
de guitarra,
en elogio sutil de su remanso.
El aire hilvana soledades,
ilumina senderos y rostros
que entonan en armonía cordillerana.
¡Respiro profundo...acá sí se vive la VIDA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario