Agua de manantial mi soliloquio
que anega el pinar sonoro
de tu amor mentido.
Sobre la hierba florecida
me he tendido
a despreciar tu falta de decoro.
¡Qué frágil fue tu honor,
qué poco digno!
Ayer era "la única", perfecta y elegida.
Hoy me olvidas en un recodo
además de "haberte padecido".
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