miércoles, 30 de septiembre de 2009

¡Ese gran Hermano llamado JESUS...!


Estamos llenos de ataduras.
La ciencia alivia y calma, pero no sana.
La UNICA SANACION ES DE DIOS. Sanación física y espiritual. EL, usa el modo directo, no anestesia, amputa.
Porque con SU HIJO TAMBIÉN LO HIZO.
JESUS, firmó un cheque en blanco, con su sangre, PARA SALVARNOS. Y ¡tiró el comprobante!
Y perdona... no perdona un poquitito, PERDONA TODO, si sabe que nuestro arrepentimiento es sincero. Si sabe que ansiamos conversión.
El mundo de hoy, nos arrebata la PAZ. ¡SOLO EL, da la paz verdadera!
¡Mucha oración y ayuno! es la propuesta divina, para expulsar tanta malicia.
Y nos recuerda: "...Alégrense, aunque un tiempo tengan que padecer algunas pruebas..."
Esas pruebas debemos ponerlas en la alcancía de las cosas de Dios. Esa economía del Cielo, tiene poder para salvar almas del Purgatorio y la "ecónoma" de ello es la Santísima Virgen. ¡Nadie mejor que ella para ser justa, equitativa, humilde, solidaria...para llevarlas ante su Hijo, redimidas!
PAZ en la tormenta, porque para DIOS, la tormenta es la vida misma.
PAZ Y AMOR, MUCHO AMOR.
Hoy se lucha para que los jóvenes "corten el cordón umbilical".
"ÉL" nos propone más amor porque "el amor nunca sobra", en vez de cortarlo, fortalecerlo.
Recordemos la definición más sencilla para conocer las "cosas": las "Invisibles" son las eternas. Las "visibles" duran poco. Todo lo que podemos VER, tiene principio y final. Lo que no vemos pero sentimos que nos da paz, es lo bueno y trascendente.
No es necesario cambiar de golpe. Todo lo importante debe hacerse bien y en su debido tiempo. Dicen que los santos no son aquéllos que jamás conocen el pecado. Sino los que saben evitarlo, con constancia, fortaleza y mucha oración y ayuno, tal como lo hacía Jesús.
"Deglutiendo las afrentas se formaron los santos y las santas..."
San Agustín decía: "¡Señor, házme santo, pero de a poco...!"

¡Sean felices! ÉL, está con nosotros hasta el fin de los tiempos...!

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JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?