miércoles, 30 de septiembre de 2009

La fragua, nos va enderezando con el fuego del ESPIRITU.


"Yaveh me llamó desde las entrañas maternas..." Isaías 49-1
Luego me dijo: "...Mira cómo te tengo grabado en la palma de MI mano...". Isaías 49, 16...
"...Mi deleite está con los hijos de los hombres..." Proverbios 8, 31
" Oren sin cesar, no se desanimen...". Pero nos dormimos, como los apóstoles, mientras Jesús lloraba y oraba, hasta que les dijo :" Despierten..."
Y nosotros continuamos durmiendo en la levedad del ser.
No nos dejemos destruir, oremos insistentemente. Pidamos el don del discernimiento, para saber cómo proceder y anteponer a Dios en todas las cosas. Pidamos la humildad para poder transmitirlo. La fortaleza para soportar todo de pie porque
"...ÉL está en mí desde mi bautismo y si le permito, expulsa todo lo malo de mí, sólo debo pedírselo..."
El daño que hicimos, lo vamos amortizando con el sufrimiento de cada día. Con los sacramentos, con el ejercicio de la FE. Y luego, el ESPÍRITU, nos va moldeando como al hierro en la fragua, mediante el fuego purificador.
Jacob le decía a Jesús unas palabras que debiéramos repetir a cada instante:"...No te soltaré hasta que no me hayas bendecido...!
Recordémoslo y no movamos un pie sin SU bendición.


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JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?