HACERSE CARGO...
Soñado final de invierno.
En hondura nácar
el atardecer dispersa
frutales aromas de pronto estío.
La reunión verde
que presiden con altivez los álamos
dan marco propicio
a utópicos afanes peregrinos.
En atrevido sigilo cordillerano
el Creador ostenta silencios
Te recuerdo...
Y el sentimiento carga dulzura
en canastos de mimbre...
Entre luces y sombras
el atardecer dispersa
frutales aromas de pronto estío.
La reunión verde
que presiden con altivez los álamos
dan marco propicio
a utópicos afanes peregrinos.
En atrevido sigilo cordillerano
el Creador ostenta silencios
Te recuerdo...
Y el sentimiento carga dulzura
en canastos de mimbre...
Entre luces y sombras
se ilumina el alma.
Tu acostumbrada tardanza
talla mi cruz cotidiana
y estriba el desencanto.
Puedo delinear tu abolengo
como quien esculpe en mármol
el sueño que la memoria aloja.
En la pletórica contemplación del entorno
tan fina y delicada, tan soberbia,
como genial concierto,
sólo desafina y hostiga tu letargo.
Cíclicamente incineras mi amor.
¡Basta ya!
Tu acostumbrada tardanza
talla mi cruz cotidiana
y estriba el desencanto.
Puedo delinear tu abolengo
como quien esculpe en mármol
el sueño que la memoria aloja.
En la pletórica contemplación del entorno
tan fina y delicada, tan soberbia,
como genial concierto,
sólo desafina y hostiga tu letargo.
Cíclicamente incineras mi amor.
¡Basta ya!
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