sábado, 8 de mayo de 2010


Dulce marca



El último escalón
de los que me llevaban
al confortable altillo
de la casa de mi abuelo,
le sirvió a mi vida, para aprender
lo que enseñan las ausencias.



En el último escalón
de los que me llevaban al altillo
de la casa de mi abuelo,
escuchaba la continua ambivalencia
de la marcha y el silencio
de un compresor de aire,
que hacía cimbrar las paredes y la vida .



Funcionaba en el taller vecino a la casa.



Así fue que :
Me hice consciente de los tiempos:
Del hablar y el callar, del irse y volver,



de las lluvias y las secas,
de las lunas y el sol,
del dormir y el despertar,
del reír y el llorar,
del vivir y el morir,
del amor y el desamor.



En el último escalón
de los que me llevaban
al confortable altillo
de la casa de mi abuelo,



aprendí que ,
en el natural instinto del ser,
la contemplación dejó su huella.



Los años comienzan a pesarme…
Y a veces olvido lo cíclico.
Sólo el espejo me devuelve la memoria.



A veces…



¡…Extraño tanto el último escalón
de los que me llevaban
al confortable altillo
de la casa de mi abuelo…!

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?