seguir la huella
reconfortante y salvíficade TU APÓSTOL!
¡Imperturbable!
Él abre senderos refrescantes
al alma sedienta de TÍ.
Monólogos concisos, fecundos,
de un guardián siempre dispuesto
a cerrar heridas, distender el agobio.
Él nos invita a recorrer la vida;
a no estancarnos en agonías
sino redimirnos con TU PALABRA
que él eleva, enaltece y adapta al universo sensible.
Aliciente que moviliza, proyecta y sublima.
Gratuita dádiva de Humanidad, prendida a TÍ Y A MARÍA,
que cada amanecer predispone a lo divino.
¡Señor, TÚ lo habitas y lo enviaste!
¡Con él nos fortaleces, guías y alegras!
¡Gracias! ¡Bendícelo!