martes, 3 de mayo de 2011

Al Padre José Ceschi

¡Es maravilloso, Señor,
seguir la huella
reconfortante y salvífica
de TU APÓSTOL!
¡Imperturbable!
Él abre senderos refrescantes
al alma sedienta de TÍ.
Monólogos concisos, fecundos,
de un guardián siempre dispuesto
a cerrar heridas, distender el agobio.
Él nos invita a recorrer la vida;
a no estancarnos en agonías
sino redimirnos con TU PALABRA
que él eleva, enaltece y adapta al universo sensible.
Aliciente que moviliza, proyecta y sublima.
Gratuita dádiva de Humanidad, prendida a TÍ Y A MARÍA,
que cada amanecer predispone a lo divino.
¡Señor, TÚ lo habitas y lo enviaste!
¡Con él nos fortaleces, guías y alegras!
¡Gracias!  ¡Bendícelo!

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?