viernes, 6 de mayo de 2011

En la serenidad de la siesta dominguera


En la paz de las reflexiones,
en la turbulencia de la crisis,
en la displiscencia del reposo,
hay algo que sosiega los sentidos,
calma la mente, 
libera el cansancio,
nos hace crecer…
la  lectura de “los grandes” autores.
¡Cómo me alimentan, nunca me sacian,
 tanto  me enseñan y colman  el alma
que  no puedo dejar de buscar en la biblioteca
a  quien me acompañará 
en el fin de semana!
¿Probaste  mi costumbre?
 Dale, no sabés cuánto bien hace.
Te dejo a Borges, para pensarlo:                             
                                                                                                    
“…No hay un solo día en que no estemos un instante en el Paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir…”

¡ Único ! ¿Gustó?

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?