martes, 10 de mayo de 2011

Salmo 22 ¡Mi gran AMOR DE LOS AMORES!


El Señor es mi Pastor, nada me falta:
En verdes praderas me hace recostar;
Me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas;

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo
Porque tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos;

Me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia
Me acompañan todos los días de mi vida,
Y habitaré en la casa del Señor por años sin términos 
(Salmo 22)



 ¡GRACIAS, ALABADO SEAS!

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?