martes, 2 de julio de 2013

SABER CONVIVIR...ES SANIDAD PARA TODOS

Decía Ignacio de Larrañaga:
"... La vida no se nos da hecha y acabada, como un traje.
La tengo que VIVIR,
mediante conductas y disciplinas afines a ella..."
Es tener conciencia de lo que soy y quién soy.
Un delfín, una serpiente
se sienten "en armonía" con la naturaleza
 y viven sumergidos en ese estado de conciencia,
no conocen frustraciones ni resentimientos,
no saben aburrirse, están activos,
pendientes de la pluma que baila con la brisa.
No se sienten solos, se incluyen.
No piensan en la amistad, la practican.
No se sienten fuera de la creación,
porque disfrutan de ella  y su diversidad.
No se deprime por lo que hacen otros,
porque domina su mundo y su naturaleza  y la utiliza bien.
Sin leyes y constituciones.
simplemente "ES".
SER para sí mismo y para los demás.
Ser soledad es interioridad, mismidad.
Ser compañía es ser relación.
Es salir de esa mismidad
para fertilizar corazones distintos.
Y esa RELACIÓN es integración,
no absorción ni posesión ni dominación.
Sigo siendo yo mismo, salvando mi integridad,
mostrándola y poniéndola al servicio de otros,
alternando  para crecer y formar grupos
implicados, comprometidos y opuestos.
La diferencia no desintegra, enriquece.
Interioridades que salen  y se proyectan,
dan una unidad trinitaria que es
¡el encuentro!
Donde cada uno VE la mismidad ajena,
 la acepta pero no lo vulnera.
Siguen siendo distintos, pero entrelazados,
intercomunicados,
interactuando.
Hay cariño, aceptación, participación,
madurez, equilibrio.
Se superan fronteras con gentileza de corazón.
¡Es maravilloso conocernos para brindarnos!
 

JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?