lunes, 17 de agosto de 2009

¿Casual, dices...?



¿Que fue casual, dices...? ¡jamás!.

La ternura de tu voz decantó mi ser como azúcar derretida. Era tal la ausencia de cariño, que sonabas único, estridente y calmo.

Y la imaginación me dijo que deseaste retenerme, como plácido sustento para labrar tu palabra, me propuse escucharte.

Cada sílaba entonada para tocar la fibra de mi alma, sumaba mieles: adorable, elocuente, tácita entrega.

Cuando nuestras miradas se hallaban, ya las regía el amor. Porque ambos nos sentíamos algo pudorosos y la eludíamos. ¡Tontos!

Fue algo premonitorio, instintivo, espiritual... Yo no sentía deseos de salir, pero antes que quedarme en casa, sola, me dije__¿Y si fuera hoy, el día?__Llegué a la plaza.

Y ésa, tu mirada, entibió mis pupilas y mi mente. Recorrió mi ser hasta su esencia misma, me sentí protegida, tuya, como nunca!

Había mucha gente en la fiesta. La brisa trajo tu viril aroma y el desvarío me llevó a querer menguar nuestra distancia; no quisimos perder ese hilo de cristal que sorpresivamente nos unía. Displiscentemente se tocaron nuestros brazos y me acodé como imán, con el corazón palpitante que retuvo el ensueño de asistirte plenamente. ¡Deleite lento!. Comprendiste el asedio que mi alma imprecaba y quedó tu alma "...muda, absorta y de rodillas..."

Quisimos disimular lo que a todas voces gritábamos.

¡Pletórico amor, nacido de un instante!

Auténtico, tímido e indómito en dicotomía santa.

"¡Al diablo mi libertad!"__ proclamó rebelde mi conciencia...y fue débil, sutil , se entregó dulcificada para honrar tu propuesta.

Nos fuimos a caminar por el parque. Lo salvaje del ser nos arrebató la ética y nos confundimos en un abrazo soñado, tan necesitado tal vez y nunca como hoy, tan satisfecho. ¡ Así nos quedamos eternos segundos! a los dos, ¡nos hacía tanta falta!

Y en atinados silencios nos dijimos demasiado...el abrazo sostenido nos quitó suspiros guardados y una que otra palabra, solitaria, dulce, buscó liberarse por fin, después de mucho anhelo.

¿Que fue casual, dices...? ¡jamás! ¡Fue santo el encuentro! ¡Estuvo Dios, lo planeaba!

Fue " ese instante" en que nuestros corazones se encontraron en finitud armónica, después de mutua búsqueda, hoy disipada...

Algunas veces nos cuesta mucho atender los sentires del alma.

Mientras el amor espera... sigiloso... en silencio... sonríe...se prepara... y ensaya el encuentro en extrema calma.


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JORGE LUIS BORGES

"...No hay un solo día que no estemos un instante en el paraíso, porque siempre hay algo o alguien, que, con su sola presencia, aliviana la pesadumbre de vivir..."































































































































De Alfonsina...

"...Hielo y más hielo recogí en la vida.
Yo necesito un sol que me disuelva..."

Pobrecita, no reconoció el fuego
del Espíritu, que la habitó siempre,
en su raciocinio, en su fortaleza,
en su ciencia...
¡QUIÉN si no ÉL!







¡Bienvenidos!

De una canción de Baglietto, que hace magistralmente junto al incomparable Lito Vitale, llamada "Y no olvides que un día, tú fuiste sol", me encantó rescatar algunos de sus versos...son maravillosos...

"No dejes de asombrarte
ante un nuevo nacimiento de tu jardín...
no escondas ni la pena ni el dolor...
no saltes en pedazos,
no entregues tu diamante,
no permitas que se pierda tu cosecha...
¡busca la raiz!
Baja hasta tus valles
que éste es tu país,
donde están tus riendas,
tu espuma, tu verdad...
...donde naufragaste, haz crecer mil rosas..."

Lindo, como consigna de una mañana, ¿verdad?