La FE, la inteligencia emocional y las vivencias de la vida son tan sutiles, tan expansivas y poderosas en la memoria, que a veces me hacen llorar de alegría.
He escrito lo que cada flor trae a mi presente. Recuerdos de quienes me las obsequiaron, momentos especiales en que las recibí, las vi o fueron ese aroma que atrajo a mis sentidos y jamás permitió que el instante se borrara...
Así me pasó con los ramitos de Filomena, multicolores, las rositas de tía Otilia, los claveles de mi novio y luego esposo, las calas en la casa de mis abuelos y de una familia vecina a la que quise mucho...
He relatado para ustedes, lo que marcó "...el último escalón de los que me llevaban al altillo de la casa de mi abuelo...", las "ternezas" que grabaron detalles de la casa de la "abuelita Houriet", lo que viví en mi infancia junto a mis padres y hermanas; y tantas otros recuerdos que se desenvuelven en estas páginas que amo. ¿ Saben? son cálidas visitas que hago al alma cuando en la rica soledad me procuro unos minutos de dicha.
Y suele ocurrir que a veces, ni debo procurármela, sino que la dicha misma acude a mi mente y me deja absorta en la concurrencia de imaginarias diapositivas que se suceden, delicadamente, casi como pidiéndome permiso...tan tiernas...como caricias...
Hace un año justamente en Abril, día 5, falleció mi madre. En aquél momento, en medio de mi angustia, un sacerdote amigo me acercó una página fotocopiada de una revista de noticias cristianas, muy reconocida y garantizada por la Iglesia, donde hablaba de los "Seres luminosos", que son nuestros afectos cuando mudan a MEJOR VIDA. Fue increíble el consuelo y aliento que dejaron esas palabras en mi corazón y modificaron el criterio que yo tenía de la muerte. Pués allí asegura que esas personas que tanto quisimos, al morir, siguen estando a nuestro lado siempre, como seres invisibles, luminosos, alegres, que nos protegen más que antes, y que ¡son reales!. y cita la revista, las palabras de Jesús cuando dijo a los apóstoles:"...Yo me iré, pero no quedarán solos, YO les enviaré el Espíritu que los consolará...". Les pasaré ese artículo en mi blog, búsquenlo, se titula SERES LUMINOSOS . Y AYUDEMOS A CONSOLAR AL MUNDO Y A CREER QUE HAY VIDA DESPUES DE LA MUERTE.
Todo esto, fue consolando a mi alma en procura de la alegría, distintivo inconfundible de todo cristiano.
Y muchas veces he tenido vivencias como la que les relataré ahora. Es bueno compartirla, porque se viven mejor las ausencias. ¡Les hará bien!
Días pasados caminaba por la peatonal de Sta.Fe (vivo a 40 km. de esa ciudad y a veces debo ir por trámites, como también lo hago para pasear un poco).
A paso apresurado, pasó por mi lado una mujer de fisonomía tan idéntica a la de mi madrecita que, instintivamente, me obligó a aligerar mi paso para verla mejor. No fue sólo la imagen que me atrapó, sino un dejo de fragancias, (no de perfume) de su piel, de sus cabellos, su ropa (ese aroma especial que tenemos todas las personas, que nos diferencia...que nos identifica...tal vez la mezcla de cada piel con la colonia acostumbrada, no sé cómo explicarme...eso que sentimos al acercarnos a cada ser). Fue tan grande mi emoción, que debí frenar mi impulso por gritar: ¡Mami! ¡mamá!..
Les parecerá raro. No para mí, que muchas veces recibo "visitas de mi hermana, mi abuelo, mi padre, amigos....".
Más me acercaba a la señora, más penetraba en el ensueño. Y me dejaba llevar...entrecerraba los ojos para creérmelo de verdad.
La señora se sentó en un banco de la peatonal. Con disimulo hice lo mismo, me senté a su lado,aparentando cansancio.
Hice como que buscaba algo en mi cartera, pero cerré los ojos y en segundos, mi memoria voló a velocidad abismal a aquél living de mi casa, un domingo de tantos vividos. Mi padre sentado en el sofá, escuchado por la radio una carrera de fórmula uno; su sonrisa ancha y dulzona, y mamá en la cocina,desde donde venía un aroma de papas y carne al horno con hojitas de laurel y orégano, rociados con gotas de vinagre. Ella, silbando bajito un valsesito criollo, como le gustaba. Jugo de naranjas recién exprimidas, flan casero con caramelo líquido...
Mi mente azarosa recorría instancias dulces en milésimas de segundos. Delicias como la pizza casera hecha con levadura, con queso y anchoas; o la torta alemana con mucha crema, azúcar y canela, los borrachitos... ¡mamá era muy buena cocinera y mejor anfitriona, era su deleite recibir comensales!
Sus manos hermosas, prolijas, de piel tersa y uñas pintadas. Su elegancia al caminar, heredada de sus ancestros alemanes, los versos y letras de canciones que recitaba a diario o cantaba y con nosotras tocando a cuatro manos el piano.¡Tanta felicidad!
Sus anécdotas de infancia huérfana, la catequesis (escudo y lanza con la que envió muchas almas a Dios).Sus cartas con letra prolija, chiquita. Reiterados consejos, la oración compartida, salidas en familia ¡ era tan feliz siempre!.
La señora pareció sentirse incómoda con mi presencia y se levantó prontamente del banco, se dio vuelta a modo de repasar si no olvidaba nada. Me saludó. Contesté:__¡Adiós y gracias!
A lo que ella volvió la cabeza curiosa con un gesto raro por ese "gracias" mío, se encogió de hombros y se fue.
Quedé prendida en medio de una luz densa, calma, bellísima. ¡Para mí sola!
Las lágrimas vistieron totalmente mis mejillas y no me avergoncé. Alguien miró absorto mi llanto disimulado y con un gesto de mano y de rostro lo ahuyenté como diciendo:¡ no es nada, ya pasa!
¡No quise que interrumpieran esa inmensa dulzura que paladeaban mis sentidos!
¡Tanta ternura, tantos recuerdos juntos, todo tan real! ¡ lo viví, lo gocé! ...
El olfato y la vista activaron todas mis neuronas.
La emoción intensa ha quedado prendida de mi alma durante varios días y entonces deduje que mamá querría leerla, como leía siempre mis escritos como quien saboreaba lentamente un bombón. Por eso decidí escribirlo.
¡Y fue mejor!... sacar esa nostalgia hermosa de su visita y agradecer a Dios por esa bendición hace bien al eje interior, nos centra.
¡DELICIAS DEL ALMA! ESENCIA DEL SER...
OJALÁ SIGA RECIBIENDO "ESAS VISITAS" TAN COMPLACIENTES...
Sé que fue un sueño, pero colmó a mi alma de serenidad. Y vivencias como ésta, me suceden a cada rato: días pasados estaba muy mal de ánimo; era un día muy difícil, todo me había salido mal, no hallaba remanso en nada. Hasta que abrí un cajón de mi escritorio y encontré un poema hecho por mi hermana (también fallecida) enviado mucho tiempo atrás, muy risueño.¡ Me cambió el día! Y también lo agradecí. Siento como que están a mi lado siempre y más aún en los momentos oscuros.
¡Cómo no agradecerlo, Señor! ¡ Es el Espíritu que nos has dejado, hasta que vuelvas...!
No olviden buscar en el índice( a la izquierda de la página) "SERES LUMINOSOS". No es de mi autoría, recuerden, es de una revista católica autorizada, léanlo atte.,consuela.
¡Los quiero! -Besitos por acompañarme.-
1 comentario:
Visita en Abril del 2006...Al leer este relato, también recordé ese último escalón que nos llevaba al altillo de la casa del abuelo!cuánta nostalgia!
Ahora, con estas bellísimas poesías y reflexiones, me siento más cerca de tu alma!
Gracias a vos por permitirnos estar a tu lado!
Te queremos mucho!!!
Silvia y flia-
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