Hay una época en la vida adulta de las personas, en que, por fallecimiento del ser amado, por divorcio o simplemente por soltería, quedan solos y la vida parece camino de espinas. También los hay en la juventud, claro.
Debemos despojarnos de tontos prejuicios y si la soledad lastima, animarnos a compartir la vida, una salida, una obra de teatro, una película, un crucero, una cena... con alguien que sufra igual desconsuelo o no, pero acompañe al fin.
El Doctor Hans Rubert, alemán, ha estudiado infinidad de estos casos de tanta angustia y el ochenta por ciento de esas personas enferman. No tanto las que siempre fueron solteras, pero las personas que alguna vez tuvieron pareja, tienen un llamado de atención desde su mismo organismo. Glándulas que han sido activadas por la vida de matrimonio, quedan , con su excretación, igual que una persona a la que se le quita su trabajo. Se producen serios síntomas que desarmonizan al ser y lo dejan absortos, sin saber qué determinación tomar. Trastornos de toda índole lo acosan. Y no llegan a descubrir la causa. Todo se vulnera...
Por otra parte, especialistas psicólogos, gastroenterólogos, ginecólogos confirman que la persona que es amada, tiene en actividad la generalidad del cuerpo, mientras que, los que sufren soledad, tienen falencias desde el cerebro hasta los pies. Hay una parte del ser humano que no está en marcha y es como toda pieza de un motor, ¡imprescindible! para el normal funcionamiento del resto.
Por lo tanto, que el mundo los juzgue, piensen lo que quieran, diriman, debatan...
¡LA SOLEDAD Y EL DESAMOR PROVOCAN ENFERMEDADES SERIAS . ALGUNAS VECES, DESÓRDENES ORGÁNICOS COMPLICADOS Y HASTA LA LEUCEMIA, INCLUSIVE!
"...A QUIEN LE QUEPA EL SAYO..."
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